miércoles, 29 de mayo de 2013

Cuando recordar hace falta…

No es necesario que explique cuán agitados vivimos en nuestro país. Día a día, se nos pasan fechas importantes, llamadas necesarias, visitas esperadas… En fin, las prioridades pierden el orden divino. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”, pero resulta que amamos no con todo el corazón, ni siquiera con la mente, que amamos a Dios, pero no sobre todas la cosas, que amamos al prójimo, pero no como a nosotros mismos y que a veces ni siquiera nosotros nos importamos lo suficiente para cumplir con el mandato de Dios.

¿Qué nos pasa?

Simplemente nos olvidamos de quienes somos, de dónde venimos y de cómo podemos vivir día a día en ese orden de prioridades que Dios nos pide desde la creación y que simplemente se nos olvida. Es ahora cuando recordar hace falta recordar que venimos de Dios, nuestro padre y que a Él vamos a regresar, pero no solos, sino acompañados de nuestro prójimo a quien amamos como a nosotros mismos.

Hace falta recordar en este tiempo que somos modelos de ese Dios bondadoso y poderoso. Nosotros que hemos recibido el don maravilloso de la paternidad y que, como en palabras del poeta, “cuando se tiene un hijo, se tiene a todos los hijos del mundo”. La paternidad es para nosotros, los hombres, el nexo más cercano a Dios creador pues compartimos con Él la experiencia de proteger, entender, ser bondad, respetar, cuidar y co-crear vida para defenderla y promoverla.

En este mes del padre no voy a decir que voy a recordar al padre maravilloso que me engendró, me cuidó, me amó, me formó y siempre me acompañó, quien me enseñó e inspiró a ser el mejor papá para mi hijo como él lo fue para mí, porque lo recuerdo todos los días en cada acción que me hace agradecer el haberse quedado con nosotros mientras pudo. Hoy y en la eternidad te celebro Papá. Bendición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario