viernes, 18 de noviembre de 2011

El verdadero regalo de navidad

Por muchos años estuve envuelta en el tedioso y tenso proceso de hacer las compras navideñas para mis familiares y amigos más cercanos.  Era tanto el tiempo, esfuerzo y medios que invertía en el proceso de compras que terminaba agotada, estresada y preocupada por el excesivo gasto incurrido. Pero cuando por fin entré en una relación profunda y real con el Señor Jesucristo, comencé a reenfocar mi mirada en el sentido de la celebración navideña.

Comprendí finalmente que éste no es un tiempo de demostrar nuestro amor con regalos, como si el amor se pudiera medir por el tamaño o valor material de un obsequio. El verdadero  regalo de Navidad es el nacimiento del niño Jesús, Emmanuel, Dios con nosotros, que viene a nacer con todo el esplendor de su Amor, en nuestros corazones.  Entendí que el obsequio real de la Navidad es recibir este don del Cielo para nosotros, reflexionar en su profundidad y grandeza, y más aun, vivir ese Amor, amando a los nuestros y a todo el mundo como Dios nos ama.

Por ello hace muchos años ya en mi familia decidimos no hacernos regalos materiales en Navidad.  Acordamos solo regalar a  los niños que aun no comprenden por completo el verdadero significado y por costumbre esperan su regalo ya sea del Niño Jesús o de San Nicolás.  Pero todos los adultos decidimos regalarnos el amor que profesamos los unos por los otros, compartiendo momentos de unión familiar y de sincera amistad.  A veces, si lo deseamos, cada quien decide comprar un artículo para su uso y disfrute, y nada mas. Más bien, decidimos invertir el tiempo de las compras en vivir a cabalidad las celebraciones que en estos hermosos tiempos de Adviento y Pascua nos ofrece la Santa Madre Iglesia, para que cale en nuestro corazón el mensaje de salvación que llego a su plenitud con la llegada del Mesías esperado.

Esta es una costumbre que también asumimos en nuestro hogar una vez Ricardo y yo nos casamos.  Por ello, mientras muchos andan tensos corriendo por las tiendas buscando desesperadamente que regalar, nosotros estamos llenos de paz y tranquilidad, compartiendo en familia, reflexionando en el profundo significado de estas fiestas y tratando de limpiar el pesebre de nuestro corazón para la llegada del niño Dios.   ¿Te atreverías a hacer lo mismo en tu familia?

¡Feliz Navidad!


Por Lucía y Ricardo Luzondo


3 comentarios:

  1. Excelente reflexión, me propongo a atreverme hacer lo mismo con mi familia... Paz y Bien.

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  2. La unica manera de verdaderamente reflexionar en la venida de Nuestro Salvador. Pasamos este tiempo de Adviento preparandonos y luego ese dia nos perdemos en los regalos. Hermosa reflexion para hacer fiesta y reconocer la presencia del Senor en nuestras vidas.

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  3. Una gran reflexión. Exactamente, ¿qué tipo de reflexiones en familia haceis sobre esto? ¿Compartís por escrito?
    Un abrazo y bendiciones para los dos.

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