jueves, 29 de diciembre de 2011

Ciudadanos del Cielo

Recuerdo con claridad cuando a los 18 años el Señor me inspiró a salir de mi natal Puerto Rico para buscar un futuro mejor en este país.  Fue un momento de sentimientos encontrados de entusiasmo y gozo expectante por lo que Dios haría con mi vida en mi nuevo hogar, pero también de un poco de temor de dejar mi país y mi entorno conocido por uno por conocer.  Pero Dios tomó el control de mi vida y la transición, aunque trajo retos, fue de gran bendición ya que en este país he vivido y logrado cosas que jamás pensé.  Entre las más bellas están el formar mi familia y ser llamada al servicio de Dios a tiempo completo.

Lo mismo pasa en la transición de la vida de soltera(o) a la vida de casada(o). Cuando nos casamos dejamos nuestro mundo conocido, familia, costumbres y ambiente para entrar en a una vida nueva y diferente.  Comenzamos a unir  y consolidar dos mundos, realidades, costumbres y familias diferentes para formar un nuevo hogar.  Esto trae sentimientos naturales de entusiasmo e ilusión pero también ansiedad y retos necesarios para formar un nuevo hogar.

Los cambios y retos de la vida conyugal se complican aun mas cuando la pareja decide emigrar a un nuevo país, como lo hemos hecho millones de parejas hispanas que llegamos a este país buscando estabilidad económica y seguridad.  Las familias hispanas pasamos por un periodo de ajuste a una vida diferente en un mundo extranjero para nosotros.  Tenemos que acostumbrarnos al inglés y a las leyes y costumbres de vida de los Estados Unidos, y muchos también tienen que vivir en las sombras para protegerse hasta de la discriminación y la persecución.

Este proceso solo lo podemos lograr con paz y bien caminando de la mano de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Madre del Cielo.  Al igual que la Sagrada Familia, que también fue inmigrante y superó hasta la persecución para proteger la vida de su Hijo, es nuestra fe en la provisión, guía y ayuda de Dios la que nos ayuda a superar y vencer todos los obstáculos, tanto del ajuste de una nueva vida en pareja hasta la transición a la vida en un nuevo país.  Esas etapas también las vivimos Ricardo y yo.  Pero con la ayuda de Dios, no solo nos establecimos con éxito en este país, sino que en el construimos juntos una nueva familia cimentada en Dios.

Te invitamos en este nuevo año en que se celebra la Semana de la Migración a que también vivas tu proceso de cambio contando con fe absoluta en el Dios bueno que nos guarda y nunca nos abandona.  Al fin y al cabo, sea donde sea que vivamos en este mundo, como hijos de Dios que somos, nuestra verdadera patria es el Cielo.  Aquí en la Tierra solo estaremos felices si vivimos preparándonos y esperando para estar listos para llegar a nuestro verdadero hogar.


Por Lucía y Ricardo Luzondo

1 comentario:

  1. HERMOSA PAREJA ,BENDECIDA POR DIOS SON UN EJEMPLO A SEGUIR.
    YO LES CONOZCO POR LA PREDICACIONES EN EL CANAL DE ESNE
    " EL SEMBRADOR" SU PREDICACION ME A SIGNIFICADO HACER CAMBIOS EN MI VIDA DE MATRIMONIO,GRACIAS POR ELLO.
    DIOS LES COLME DE SALUD ,FELICIDAD Y BENDICIONES EN ABUNDANCIA. SU ADMIRADORA LUCY

    ResponderEliminar