martes, 28 de febrero de 2012

De un matrimonio feliz, nace una familia feliz

Ricardo y yo acabamos de llegar de una maravillosa conferencia de parejas en el Centro de Convenciones de Los Ángeles, presentada por el Apostolado El Sembrador, llamada Metanoia, el Sembrador de Parejas 2012.  A este evento acudieron unas 6,000 personas, hombres y mujeres que buscaban vivir una transformación en su pareja de manos de nuestro Señor.  Entre conferencias, compartimos con cientos de matrimonios que nos contaban sobre sus dificultades conyugales, sus retos, y sus errores.  Fueron muchos los que nos compartieron que habían vivido problemas y sufrido heridas en su vida conyugal a causa de las discusiones y peleas que frecuentemente tenían por falta de una comunicación respetuosa y efectiva, por las agresiones tanto físicas como verbales que se habían perpetrado mutuamente, por las infidelidades y por no tener  conocimiento del propósito y valor del matrimonio como lo diseñó Dios.

La inmensa mayoría de estas parejas admitían también tener serios problemas en su relación con sus hijos.  Muchos enfrentaban problemas de conducta que incluían la rebeldía de los hijos a su autoridad, el irrespeto a las más básicas normas sociales, pobre aprovechamiento académico, malas amistades y vicios.  En nuestras conferencias y conversaciones personales les tratamos de abrir los ojos a la realidad de que la manera en que se traten los padres como pareja, tiene un efecto contundente en la estabilidad y la felicidad de los hijos. Por ello, les motivamos a que invitaran a Dios a ser parte integral de su vida conyugal para que Su amor transformador, les guíe hacia una vida donde reine el respeto, el amor, la armonía, la felicidad y la paz. 

Todos los casados estamos llamados a la vocación del amor.  Una vocación de servicio al cónyuge que busca siempre el bien para el otro. En otras palabras, estamos llamados a amar como Dios ama, con un amor fiel y total.  El matrimonio es ciertamente la base de la familia cristiana. No crean que lograr una pareja sana y feliz es algo imposible -pues para Dios, nada es imposible- ni sucumban a las mentiras de una sociedad que nos trata de convencer de que el matrimonio es una cruz, y que esta fuera de moda. El matrimonio lo creó Dios como vehículo para nuestra felicidad y la continuidad de la vida.  Esta es ciertamente la mejor receta que les podemos ofrecer para tener un matrimonio sano y si logramos tener un matrimonio sano, tendremos una familia feliz.


Por Lucía y Ricardo Luzondo

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por su testimonio, doy gracias a dios por parejas com ustedes, el enemigo quiere revatar los matrimonios y tenemos que orar por ello. Mi esposo y yo ya vamos a cumplir 15 anos de matrimonio, y mi testimonio es que sin Dios, no hubieramos llegado a donde estamos. Algun dia me encantaria poder servir al Senor con mi esposo, como ustedes lo hacen, trabajar con los matrimonios que estan en conflictos!! Muchas bendiciones! :)

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  2. Muy lindo su testimonio!! muchas bendiciones a ustedes!! :)

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