miércoles, 3 de julio de 2013

Feliz 4 de julio

Hace 237 años, en la ciudad de Filadelfia, los representantes de los Estados Unidos firmaron la Declaración de Independencia de Gran Bretaña, un hecho trascendental en el que quedaron proclamados dos principios que posteriormente recogieron los grandes textos sobre derechos fundamentales: libertad e igualdad. Es por ello que cada 4 de julio la fiesta de la independencia se vive con tanta intensidad, pasión y alegría en los Estados Unidos. La familia Anglo-americana celebra este día festivo desde muy temprano recorriendo lugares turísticos, almorzando juntos, compartiendo la tarde en la playa, visitando la casa de los abuelos y disfrutando finalmente en la noche los juegos pirotécnicos que cada pueblo ofrece a sus ciudadanos, residentes y turistas.

Lo interesante de este día para los que nacimos en otros países es lo que deberíamos aprender de los anglo-americanos en torno al patriotismo y sentimiento con el que escuchan o entonan su Himno Nacional. Vale la pena que diéramos un vistazo en la noche de las luces y juegos a cómo abuelos y padres transmiten a sus hijos el respeto y sentimiento con el que deben interpretar su Himno, a tal punto que muchas familias dedican varios minutos a explicar a sus niños el significado y valor de la palabra Independencia. Un ejemplo interesante de imitar ya que muchos de nosotros pensamos que la fiesta de la independencia es sinónimo de bailes, festividades, comida, música y llevar la bandera estampada en el carro o en la playera.

Entendamos que independencia es el acto que tienen todos los pueblos, comunidades, grupos sociales y emigrantes de exigir derechos pero al mismo tiempo de cumplir con los deberes. Es la línea divisoria entre mi libertad y la privacidad del otro. Es el acto por el cual se recuerda la historia de aquellos que hace muchos años lucharon por sus derechos; el acto de patriotismo por lo que somos, de recordar de dónde venimos y de enseñanza para que nuestros hijos entiendan y celebren este magno evento en los años venideros.

La independencia de los Estados Unidos que celebraremos mañana (así seamos extranjeros) debe llevarnos a reflexionar el significado que le hemos dado y transmitido a nuestros hijos. Sería interesante que evaluáramos nuestra vida para saber si somos independientes de los malos comentarios, adicciones y vicios que el mundo nos ofrece o, al contrario, si somos dependientes del qué dirán, de la moda, de lo que está haciendo o comprando mi vecino para también hacer lo mismo.

Feliz 4 de julio. Dios bendiga a toda América, desde el norte hasta el sur.

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