miércoles, 7 de agosto de 2013

Me perdono, me perdonas y te perdono

El Evangelio de Mateo nos trae la gran respuesta que Jesús le dio a Pedro cuando éste le preguntó cuántas veces se debía perdonar al hermano, ya que la ley de los judíos daba la cantidad limitada de tres veces. Pedro, queriendo ser mucho más generoso, lo multiplicó por dos y agregó uno más, creyendo que la respuesta “siete veces” iba a ser la misma del Maestro.

Qué sorpresa se debe haber llevado Pedro al escuchar que debemos de perdonar hasta setenta veces siete: en otras palabras, SIEMPRE. Por ello, Jesús le cuenta la parábola del rey que, ajustando cuentas con sus empleados, perdonó a uno todo lo que le debía. Sin embargo, éste no hizo lo mismo con otro de sus compañeros y entonces fue llamado por el rey para recriminarle lo que no hizo: PERDONAR. El empleado fue llevado a la cárcel para que pagara todo lo que debía (Leer Mateo 18: 21-35).

Padres, la manera de enseñar a la familia el tema del perdón es a través de nuestro ejemplo, es decir, por medio del testimonio que nosotros demos interna (me perdono) y externamente (me perdonas y te perdono) en el hogar. Estas tres maneras  de perdonar van de la mano, puesto que uno da de acuerdo a lo que tiene en el corazón. Por ello, los invitamos que analicen su vida personal a través de una serie de preguntas que les ayudarán a evaluar su relación con el perdón:

Me perdono: ¿Haz cometido errores en tu vida? ¿Cuáles? ¿Sigues repitiendo esos errores? ¿Quisieras cambiar esos errores por oportunidades? ¿Quieres perdonarte? ¿Te comprometes a no volverlos hacer?

Me perdonas: ¿Haz ofendido a alguien con tu actitud o con tus acciones? ¿Le has pedido perdón? ¿Quisieras pedirle perdón nuevamente o por primera vez a él o ella? ¿Te comprometes a cambiar esa actitud o manera de ser que no te deja crecer como persona?

Te perdono: ¿Te han pedido perdón? ¿Cuál fue tu reacción? ¿Perdonaste de verdad? ¿Quieres perdonarlo de verdad? ¿Estás dispuesto a decirle a él o ella que los perdonaste de corazón?

Padres, estas tres maneras de trabajar el perdón pueden ayudarnos a crear fuertes lazos de amistad en la comunidad y amor en la familia. Recuerden que el perdón no solamente se enseña sino que también se practica; y qué mejor que empezar desde el hogar.

Lo interesante del perdón es que es setenta veces siete (es decir, SIEMPRE) y no siete veces, como supuso Pedro, o tres como creían los judíos. Todavía estamos a tiempo, ¡comencemos ya!

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