lunes, 26 de agosto de 2013

Las tentaciones de Jesús en el hombre de hoy

PRIMERA PARTE

El evangelio de Mateo nos trae una de las experiencias fuertes que Jesús vivió durante cuarenta días en su paso por el desierto. Cuenta el evangelista que al final de ese largo ayuno, Jesús fue tentado por el demonio con los tres grandes males del hombre: materialismo, poder e idolatría (ver Mateo 4, 1-11). Tentaciones que Jesús rechazó radicalmente, pero que muchos de nosotros aún no podemos porque seguimos escuchando la voz del mal. Veamos:

Materialismo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes" (Mateo 4,3).

La gran mayoría de los hispanos que llegamos a este país, carecíamos de recursos importantes para llevar una vida cómoda y digna: tener una casa donde vivir, tener un carro para transportarnos, tener tarjetas de crédito para comprar, tener ciertos lujos o gustos que podemos adquirir sin ningún problema, tener la posibilidad de irnos de vacaciones, tener…. El problema del verbo tener es cuando deja de ser un recurso y pasa a ser un deseo materialista por tener la mejor casa del vecindario, por tener el mejor carro último modelo, tener todas las tarjetas de crédito posibles para comprar todo lo que hay en las tiendas e irnos de vacaciones a otro planeta. Esto es el materialismo: cuando quieres convertir las piedras en panes y cuando quieres alcanzar todos tus caprichos, así el cheque de la semana no alcance ni para los servicios de tu casa o la gasolina de tu carro modelo 2013. A esto Jesús dice: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".


Frente a este materialismo exagerado que hace parte de nuestra vida cotidiana, es importante que pensemos por un momento o por más tiempo como lo hizo el Maestro en el desierto. ¿En qué invierto mi dinero? ¿Qué hay en mi casa que me es útil o inútil? ¿Soy un comprador impulsivo cuando estoy en una tienda o frente al carro de mis sueños? ¿Quiero convertir todas las piedras (deseos) en panes (realidades)?

Es el tiempo ideal para que reflexionemos esta primera tentación, de tal manera que podamos no solamente vivir con lo básico, sino también con cada palabra buena que sale de la boca de Dios. Como padres de familia, eduquemos a nuestros hijos en todo aquello que se puede y no se puede tener, así estemos en el país de las oportunidades.

Próximo miércoles: “La tentación del poder”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario