Ok. Siento que la vida se ha vuelto un poco loca
este mes. Primero, hubo un poco de drama con la boda. Para los que no leyeron
la última publicación, el sitio para la recepción que habíamos reservado el
julio pasado se cerró en Febrero y nos dejó buscando un lugar alternativo. Por
fin encontramos un sitio cuando otra pareja en el listado de espera decidió no
tomar el sitio.
También, hace poco empecé mi nuevo trabajo como
profesora de inglés en la Universidad de Chile. Como se pueden imaginar,
planear una clase nueva como profesora de primer año ocupa mucho tiempo así que
entre ello y preparando mi tesis de maestría, he estado trabajando muy tarde
por las noches (y probablemente será así por el resto del semestre). Juan acaba
de terminar su práctica profesional y regresó a la universidad para lo que
parece que será un semestre difícil.
Pero, entre toda esta actividad surge la
cuaresma llamando a la tranquilidad, crecimiento espiritual, conversión, y
reflexión. Ha sido muy difícil realmente entrar en el espíritu de la cuaresma
con todas estas nuevas actividades en nuestras vidas y toda la locura que las
acompaña. Mientras he adherido a mi sacrificio de cuaresma, el libro que
planeaba terminar, Introducción a la vida
devota (el cual es fantástico por si acaso) está todavía en mi velador
desde enero sin leer. Aun así, Juan y yo creemos firmemente que si algo es
importante, uno siempre puede hacer tiempo para ello. En la próximas semanas
vamos a intentar dar más tiempo para la fe, para nuestra novena de boda, para
la misa en la catedral, y para las actividades provida en la cuales vamos a
estar participando.
En toda esta locura, una cosa que sí hemos
hecho como una pareja en esta cuaresma es elegir las lecturas de la boda. Sí no
has planeado tu misa de boda todavía, déjame decirte que esta es una de las
mejores partes de planear tu día. En verdad, estuve bastante sorprendida cuando
vi cuantas opciones hay para las lecturas, los salmos, las peticiones, y las bendiciones.
Es fantástico porque te da la oportunidad de reflejar tu propia vocación dentro
de la vocación de matrimonio, y como Dios ha hablado a ustedes como una pareja, y luego ver eso reflejado en las
lecturas y oraciones de tu boda.
Juan y yo empezamos a pensar en las lecturas
para nuestra boda cuando hicimos un retiro para preparación matrimonial en el
pequeño pueblo de Marathon, WI en Julio 2014. Tuvimos que hacer el retiro
requerido en este tiempo ya que sabíamos que estaríamos fuera del país hasta casi
la fecha de la boda. El retiro tuvo lugar en un monasterio hermoso convertido
en un centro de retiro con un bosque alrededor y un riachuelo que cruza la
propiedad. Al final del primer día, decidimos leer juntos las opciones para las
lecturas en el librito que nos habían entregado mi parroquia. Mientras las
leíamos y orábamos con ellas, escogimos algunas de nuestras favoritas.
Desde ese día no habíamos específicamente
mirado las lecturas de nuevo. Es interesante porque, creo que si hubiéramos
reunido, digamos, cuatro veces para elegir las lecturas, podríamos haber
elegido cuatro lecturas distintas. Cuando vimos las lecturas hace una semana
antes de la Misa, decidimos rápidamente la primera lectura, la de Tobías en lo
cual Tobías y su novia Sara empiezan su matrimonio con una oración pidiendo la
bendición de Dios. Juan especialmente quería esta lectura, ya que la parte que
describe el plan de Dios en la creación para el matrimonio y la parte con la
oración para vivir juntos hasta un vejez feliz son muy significativas para él.
Para el evangelio, elegimos sin mucha dificultad la lectura en la cual Jesús
cita a Génesis para explicar el plan de Dios para el matrimonio. La segunda
lectura era más difícil elegir. Habíamos pensado antes que usaríamos a Efesias
(Maridos, amad a vuestras
mujeres como Cristo amó a su Iglesia) o Corintios (El amor es paciente, es
bondadoso). Aunque las dos son lecturas muy
hermosas, y muy ricas en teológica matrimonial, no estuvimos seguros de ellas.
Mencioné que me había gustado la lectura de Filipenses (2:4-9), aunque no la
recordaba muy bien. Mientras la leíamos juntos en silencio, pensé que esta era
la lectura. Juan expresó lo mismo cuando terminó de leer y dijo, “Esta es.”
La lectura de Filipenses, mientras tal vez
menos usada que las otras que estuvimos considerando, es también muy hermosa.
Empieza con la exhortación de “alegrarse siempre en el Señor” y “no angustiarse
por nada,” sino poner nuestra confianza en el Señor. Finalmente, se concluye
con una instrucción a enfocarnos en todas las cosas verdaderas y nobles, justas
y puras mientras vamos caminando en nuestras vidas de fe. Un consejo sencillo,
pero profundo y a veces muy desafiante. Es como un manual práctico para vivir
una vida matrimonial feliz y sana.
Redescubrir y luego elegir esta lectura para
nuestra boda ha sido para mí un verdadero regalo durante el tiempo ocupado en
nuestras vidas porque nos recuerda a dar prioridad a las cosas más importantes
y “no angustiarnos por nada,” y una invitación de Dios a siempre confiar en él.
Así que si no has elegido tus lecturas todavía,
espero que disfrutes mucho de esta maravillosa oportunidad para descubrir lo
que Dios quiere decir de ustedes y a ustedes cuando empiecen su vida
matrimonial. Qué se diviertan descubriendo cuales son las lecturas más
significativas para ti y tu novio/a y por qué. Seguramente va a ser una de las
preparaciones más importantes que harán juntos.
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