jueves, 20 de octubre de 2011

Con corazón agradecido

A través de nuestros 11 años de matrimonio, hemos tenido muchos momentos en los que hemos pedido la guía y la ayuda de Dios en oración. En otras ocasiones, le hemos pedido que nos proteja de peligros y también que protegiera y guiara siempre a nuestro hijo.  Pero algo que hemos aprendido en este caminar, es la importancia de darle gracias a Dios por todas sus bendiciones.

Siempre tomamos algún tiempo para agradecer al Señor el darnos la vida, y luego unirlas, cruzando nuestros destinos en el ejercicio de nuestros ministerios, y transformando nuestro llamado al servicio, en una hermosa vocación de servicio en el matrimonio.  También vivimos constantemente dando gracias a Dios por el maravilloso regalo de nuestro hijo, Sebastián en el cual vemos reflejada su grandeza y por proveernos día con día hasta la más mínima de nuestras necesidades, y tambien por la bendición de nuestras familias.

Pero lo más hermoso ha sido darnos cuenta de que las más grandes bendiciones para con nuestro matrimonio y familia llegan -más que cuando le pedimos- cuando le damos gracias. Damos fe de que cuando dedicamos tiempo en oración a la acción de gracias, cuando constantemente emanan de nuestras almas palabras de alabanza y agradecimiento a Dios por su amor, su bondad y misericordia, es cuando más Dios nos envía una lluvia de bendición y cuando nos regala los anhelos de nuestro corazón.

Estos últimos dos años fueron de muchas y consecutivas pruebas para nosotros en todos los ámbitos.  Pero cuando en vez de pedir o quizás quejarnos, comenzamos simplemente a alabar y bendecir a Dios en todo y por todo, en los últimos meses Dios nos ha concedido los anhelos de nuestro corazón.  Por fin puedo decir que tengo el trabajo de mis sueños donde entrego todo mi esfuerzo y servicio a mi amada Iglesia. Ricardo también ha sido grandemente bendecido y Sebastián está más feliz y hermoso que nunca.  Somos una familia plenamente feliz.  Por ello alabamos a Dios a cada instante, e invitamos a todos a hacer lo mismo.  Como dice la Escritura, Dios no desprecia un corazón agradecido. ¡Hagan la prueba!


Por Lucía y Ricardo Luzondo

1 comentario:

  1. Ricardo y Lucía:

    Nos encantó su artículo y estamos totalmente de acuerdo...debemos contar las bendiciones que Dios nos regala a diario (la vida, la salud, el bienestar, el amor de pareja...) en vez de las cosas que nos faltan o problemas que nos aquejan a diario.

    Sigan adelante con su blog! Son un ejemplo de familia y qué bello que su hijo, Sebastián, esté aprendiendo a través de ustedes lo que es el amor verdadero y la felicidad de tener un matrimonio feliz y sólido enraizado en Dios.

    Muchas bendiciones,
    Carmen y Rudy López
    Instructores de Preparación Matrimonial
    Diócesis de Colorado Springs
    www.catholicmarriageprep.com

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