Viviendo la fe en familia

Muchos de los lectores no recuerdan o nunca vivieron una celebración Eucarística en latín, con el Celebrante de espaldas al público; nosotros tampoco pues éramos muy pequeños. Pero sí conocemos la participación activa de los laicos en nuestra Iglesia Católica.  Estos cambios beneficiosos a la fe del Pueblo de Dios son consecuencia de la iniciativa del Beato Juan XXIII de realizar el hoy conocido Concilio Vaticano II que inició hace 50 años este 1ro. de Octubre.  Coincidiendo con este histórico momento, Su Santidad Benedicto XVI ha proclamado un Año de la fe que comenzará el 11 de Octubre, fecha en la cual se cumplen 20 años de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica, legado a la Iglesia por el Beato Juan Pablo II.

Todas estas celebraciones buscan dar un nuevo impulso a nuestra fe Católica, precisamente en tiempos que proliferan tantas corrientes opuestas a nuestra fe, en la que los padres no pueden responder las preguntas de sus hijos en referencia a lo que creemos y quizás no se dan cuenta de la importancia de nuestra presencia como laicos en la comunidad.   

Muchos padres hemos diferido la formación de la fe de nuestros hijos a los colegios católicos, los sacerdotes, religiosos o catequistas, sin considerar  nuestra propia formación y sin darnos cuenta que los padres estamos llamados a ser los primeros formadores de su fe. Amplios estudios demuestran que los transmisores mas efectivos de la fe para nuestros hijos somos no son ninguno de los anteriores sino nosotros los padres, pues es nuestra vivencia  y conocimiento de la fe la que ellos van a reflejar.  

Por tanto, comenzando este mes y durante todo el próximo año queremos invitarles de una manera más intencional a tomar parte activa como esposos y como padres de familia, en las actividades propuestas por la Iglesia; a revisar los documentos del Concilio Vaticano II y leer el Catecismo de la Iglesia Católica en familia recordando especialmente las tradiciones religiosas que emanan de nuestros pueblos hispanos y que afirman nuestra fe.   

Esta mezcla de celebraciones nos envuelva en la alegría de ser Católicos para participar activamente en la reafirmación de nuestra fe y la de nuestra familia, y que nos lleva a tener una familia sana y feliz.


Por Lucía y Ricardo Luzondo