lunes, 29 de abril de 2013

Madres guerreras

El mes de mayo llega para gozo de muchos: es primavera, flores por doquier, colores, aromas y, por supuesto, la alegría de todo ser humano, la madre. Nos alegramos porque desde niños en las escuelas nos enseñan a hacer manualidades para regalar al ser amado que nos dio la vida, cuida y nos ama por el sólo hecho de haber nacido de ella, sin importar cómo seamos y que siempre nos ven como lo mejor que les ha pasado.

De adultos, veneramos ese ser que ya ha envejecido, ha perdido velocidad, agudeza visual y mental, se ha vuelto temerosa y más sobreprotectora que nunca. Para este tiempo, ya somos padres y madres con la oportunidad de entender muchas de las cosas que criticamos y rechazamos de ellas en el tiempo de mayor hostilidad de nuestra vida. En nuestra familia vivimos intensamente los últimos días de mi madre y me han inspirado a escribir un libro precisamente sobre aquellos días al ser diagnosticada con un cáncer terminal que surgió de un día para el otro y que terminaron con su existencia en menos de dos meses.

Doy gracias a Dios porque ese tiempo nos dio la oportunidad de llevarla en gracia y santidad a las puertas del cielo, recibimos y dimos amor, ternura, recordamos y perdonamos y nos dimos a tiempo completo. Cada minuto fue vivido al máximo. Hubo mucho que compartir porque realmente éste no fue el único momento de su vida que compartimos; siempre estuvimos presentes, físicamente o espiritualmente.

Nuestra cultura hispana ha heredado a la madre como el elemento aglutinante de la familia, porque, lamentablemente, aún sufrimos el abandono de los hombres que no asumen responsabilidad y no creen en la familia como resguardo y refugio del amor conyugal y filial.

Queremos invitar en este mes a orar por nuestras madres como espejo del amor maternal de nuestro Señor, en agradecimiento por haber dicho sí a la vida, recibiéndola y protegiéndola contra toda adversidad. A la vez, pedir porque las familias uniparentales sean cada vez más la excepción y predominen nuestras familias nucleares con padres y madres comprometidos y unidos en el amor, bendecidos por Dios en el Sacramento del Matrimonio.

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