jueves, 9 de mayo de 2013

¿Cuánto tiene de aquello que no necesita?

A diario escuchamos en las noticias la crisis económica por la que está pasando este país. Para algunos, un problema que apenas está comenzando; para otros, simplemente estrategias políticas para disminuir la llegada de extranjeros legales o ilegales.

Muchas familias han sentido esta recesión económica. Antes podían comprar muchas cosas con poco dinero y ahora se han visto cohibidas y privadas de ciertos gustos necesarios o placenteros; por ejemplo, si antes tenían 20 pares de zapatos por cada integrante de la familia, ahora solo tienen 10 o menos, de acuerdo a la necesidad u ocasión. En cambio, otras familias siguen comprando la misma cantidad de zapatos, sin importar que sus deudas se incrementen. Lo importante es comprar, gastar y tener.

Padres de familia, para nadie es un secreto que el estar en un país como éste, las oportunidades de adquirir bienes y servicios son más fáciles que en nuestros lugares de origen. El problema es cuando nos dejamos llevar por aquella mentalidad capitalista de comprar siempre y almacenar en la casa, de llenar nuestros carros en las tiendas con cosas que ya teníamos o son inútiles, de ser compradores compulsivos, de llevar cosas porque “están de moda”, de adquirir aquello que es  mucho más costoso porque el vecino ya lo tiene, de demostrar tener mucho cuando solamente puedo hacer los pagos mínimos el día del corte de la tarjeta de crédito; y si te das cuenta, tu casa y el garaje están tan llenos de cosas que tú ya no cabes en ella.

Los invito para que revisen sus pertenencias de manera detallada y se darán cuenta que tienen ciertas cosas que no necesitan, que aquello que les sobra les está obstruyendo el paso, la visibilidad para acercarse más a los suyos. ¡Qué bueno sería que en esta época de primavera usted pudiera con sus hijos sacar todo aquello que sobra en su casa y donarlo a fundaciones o parroquias! Sería un buen instrumento de formación para sus hijos, de tal manera que ellos entiendan que la felicidad no está en el tener, sino en el compartir.

Estamos seguros que si programamos nuestros gastos con los hijos y no nos dejamos llevar por el impulso de comprar o comprarles a ellos lo innecesario, podemos hacerle frente a la situación económica. Recuerde que lo que a nosotros nos sobra, a otros hermanos nuestros les hace falta.

Pregunta para reflexionar: ¿Cuánto tiene de aquello que no necesita?

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