miércoles, 4 de septiembre de 2013

Las tentaciones de Jesús en el hombre de hoy

SEGUNDA PARTE

El evangelio de Mateo nos trae una de las experiencias fuertes que Jesús vivió durante cuarenta días en su paso por el desierto. Cuenta el evangelista que al final de ese largo ayuno, Jesús fue tentado por el demonio con los tres grandes males del hombre: materialismo, poder e idolatría (ver Mateo 4, 1-11). Tentaciones que Jesús rechazó radicalmente, pero que muchos de nosotros aún no podemos porque seguimos escuchando la voz del mal. Veamos:

Poder"Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras" (Mateo 4,6).

Cuando se piensa en el poder, necesariamente debe pensarse en que existen dos clases de personas: el que gobierna y el que es gobernado, el amo y el esclavo, el patrón y el empleado, el supervisor y el trabajador, el que está arriba y el que está abajo. Estas dos maneras de ser en la sociedad están representadas en algunas familias en el padre que se cree la autoridad suprema porque es hombre, "el que lleva el cheque más grande", el que paga ciertas deudas, el que puede salir solo y llegar a la hora que quiere, el que arregla los problemas a golpes y porque es el que supuestamente tiene el poder. La mujer, contrariamente, es la que obedece a la autoridad de su marido macho, la que entrega el cheque a su marido porque el de ella es menor, la que paga ciertos gastos sencillos, la que no puede salir sola ni compartir unos momentos con sus amigas, la que recibe los golpes para solucionar los problemas; la que supuestamente está sometida al poder.

Esta clase de poderes que se evidencian en algunas familias, llevan a formar hijos machistas y niñas sometidas a la autoridad que, gracias al ejemplo de sus padres, causará que las siguientes generaciones continúen por este caminar.

Por eso, es importante que el poder en la familia esté entendido como responsabilidad de padre y madre: entendido con normas claras que surgen del diálogo y el compromiso, entendido como un mecanismo de crecimiento, de corrección fraterna y de amor incondicional. El poder en la familia está unido al testimonio de los padres que, a través de sus actos, forman llevando a la práctica la siguiente frase: “Dime cómo formas a tu hijos y te diré cómo son ellos”.

Padres, Jesús le recomienda a Satanás frente a esta prueba no tentar a Dios, no abusar del poder, no imponer la norma a la fuerza . Estamos a tiempo de ser la gran alternativa para cambiar y ser mejores padres, ya que  nuestros hijos lo necesitan.

Próximo miércoles: "La tentación de la idolatría".

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